Peces Extraños

La esperanza nos ayuda a ver más allá de la tormenta que supone vivir un mal momento.
Bertrand Regader

Hay días con ciertas coincidencias que mi sentido musical percibe y juega un papel muy importante en mi estado de ánimo. Me imagino le sucede con frecuencia al lector, sin embargo, si analizamos con detenimiento la música nueva que podemos consumir en un día normal, llegaremos a la conclusión que no sucede tantas veces como creemos.

Ya me había sorprendido un día de diciembre del 2019 con su canción Green & Gold, de la que escribí en mis redes sociales. Recuerdo haber puesto en aleatorio mi Spotify, y cuando emergieron esos acordes de guitarra, mis oídos agradecieron y pusieron plena atención a la canción. Una de las ventajas de la conciencia musical en una memoria fonográfica, es poder asociar las canciones que escuchas a los momentos de tu vida. En ese frío invierno, requería emoción musical y Lianne La Havas me la proporcionó como un bálsamo necesario.

De entrada su voz me remonta al Soul y al Rhythm and blues. Provocó un amor a primera escucha. La combinación de la guitarra con esos platillos me deleitaron auditivamente, tuve que cerrar los ojos para concentrarme en esa armonía. Bombo sordo, y algunos golpecitos de las baquetas, anunciando la voz grave casi susurrando, presumiendo que, en cualquier momento podía explotar la potencia vocal. Después de una secuencia, su voz se mueve a los agudos, con ese vibrato inolvidable, hasta que emerge esa trompeta con una simple secuencia que se repetirá de cuando en vez, anunciando que termina el estribillo. Pausa necesaria en medio de la canción, con apoyos vocales y así, estrujando mi emoción que desborda en esperanza musical al compás de esa partitura. 

Ese día, como me sucede muy pocas veces, volví a creer en el poder musical y en la armonía como herramienta de paz. Al final de la canción, chasquidos y voces que preceden al silencio, y obviamente a repetir unas 72 veces la canción según mi Spotify, y contando.

Pero hace unos días, después de escuchar varias canciones de Lianne La Havas, me encontré con una sorpresa que marcaría el mes de Junio de un año para el olvido. Todos sabemos que este año ha sido complicado, y días como hoy serán recordados por el que escribe. Un cover, nada más y nada menos que de una canción mítica, no tan conocida y de un grupo que desde hace tiempo nos mantiene expectantes por cada uno de sus nuevos trabajos. Hablo de Radiohead, que desde hace varios años es vanguardia en música experimental y alternativa.

Weird Fishes es la canción elegida por Lianne, y debo comentar que la emoción de saber que una artista como ella, con sus características instrumentales y vocales, haya realizado una versión de Radiohead, ya es motivo de una emoción personal muy fuerte. Dos compases fueron suficientes en mi oído para saber que estábamos escuchando una situación radioheadiana, ya que la aceleración en el ritmo en la batería del principio es un referente de la canción. Sin embargo, sin terminar la secuencia, Lianne hace un cambio abrupto que por un momento pareciera sincopado, pero después todo toma forma. La versión más lenta permite apreciar la tonalidad vocal, además que el bajo juega un papel muy importante, a diferencia de la secuencia en la versión original que nos ofrece la guitarra. No inicia con los tres golpes de baqueta como en la de Radiohead.

Recomiendo demasiado al lector, escuchar las dos canciones, quizás al mismo tiempo si quiere comparación, aunque tendrá que pausar varias veces la versión de Radiohead, ya que el ritmo vertiginoso hace que avance con mayor rapidez.

La canción nos envía un mensaje de ultramar, nos transporta a un espacio onírico, en donde la pregunta es, ¿debo permanecer aquí?. En ocasiones nos quedamos quietos en un lugar esperando a que suceda algo, cuando todo alrededor nos dice que eso no sucederá, pero hay algo que nos hace aferrarnos y mantener la esperanza. Eso nos convierte en los peces raros, entre los que deciden continuar y nadar a otros mares.

Hace tiempo que no escribía de música, hace tiempo que no me dejaba llevar por una canción, y por una interpretación. Espero que les suceda una cuarta parte de lo que me pasa a mi en días que la música me enajena.